Rafael Arocha
Biblioteca Ignasi Iglésias_Can Fabra Segre, 34-32 Barcelone
Biblioteques de Barcelona y el Centre de Fotografía Documental de Barcelona presentan una nueva edición, la quinta, del proyecto FOTOINTERPRETA. En esta ocasión el fotógrafo Rafael Arocha mantiene un diálogo con la ciudad motivado por los poetas Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo.
“FOTOINTERPRETA es un proyecto que da la alternativa a un fotógrafo a fin de que interprete visualmente la atmósfera de una obra literaria ambientada en la ciudad. No es el ojo el que corre detrás de la palabra ilustrando pobremente el imaginario, en este ejercicio de foto interpretación por encima de la ilustración, el fotógrafo debe señalar el rastro del imaginario de un autor literario en el espacio urbano y cotidiano. La sorpresa consistirá en volver a sentir aquella vibración intensa de la ficción, ahora encarnada en físico identificable de la ciudad. Como una proyección de la ficción sobre la realidad, como aquellas diapositivas sobre objetos reales que repiten su forma adaptándose al relieve, estas fotos deben encajar a la perfección la idea con el entorno y con los personajes. Y si la experiencia es provechosa, nunca podremos separar la visión de aquel lugar de la ciudad, del diálogo y del aliento de los personajes que nos hablaron sin rostro en la novela.”
Laura Terré, para el Centre de Fotografía Documental de Barcelona
Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo fueron calificados como “poetas industriales” por practicar, de forma manifiesta, una poesía vinculada a la experiencia de lo cotidiano, por escribir versos con el sabor de bares, calles, huelgas, noches, alcohol y soledad, por hablar de la vida en la ciudad. Este fue mi punto de partida, el comienzo de un particular viaje por la ciudad en la que vivo, por los recuerdos que en ella he creado, por la pasión y el desasosiego que me genera, un viaje por los paisajes emocionales en los que me reflejo, por las aceras que me pierden, por los sueños que me atrapan. Este viaje acompañado ha sido una conversación de momentos de despecho, de confesiones mentidas, de sinceras preguntas y de continuos silencios.
A los poetas que se convirtieron en poema, a los versos hechos equipaje les debo este viaje; un viaje en el que el acto fotográfico ha sido una experiencia de miles de instantes.
Rafael Arocha, fotógrafo
En cada uno de nosotros confluye una ciudad. Un espacio de gestos, una hermosa autarquía de neón y soledad. Imágenes y memoria que nos otorgan la condición de transeúntes. Y como tales, tenemos derecho a abandonar un oso de peluche en la calle, a orinar húmedas palabras, o usar un “carga y descarga” a las cuatro de la mañana para amontonar metáforas (…) Gestos y más gestos, que no son otra cosa que diferentes formas de pedir auxilio, un grito de socorro en la oscuridad. Rafael Arocha ha venido para apaciguar el desconcierto de nosotros, los transeúntes. Y para ello, se sienta a dialogar bajo las farolas estropeadas de la “ciudad industrial” con los tres poetas, Gil de Biedma, Barral y Goytisolo. Ellos gestaron en el vértigo de sus versos, esa Barcelona de imperativos nada categóricos, un cuento de hadas urbano sin final feliz. Ha llegado el momento de atravesar esos parajes “industriales” con la mirada encendida. El secreto transita por esas calles. Fotografía y poesía se aúnan en una única patria gestual donde van a parar los residuos líricos de la ciudad. A cada fotografía, a cada palabra, se van abriendo nuevas ventanas a las que asomarse y que constituyen un medio irrechazable de comprender.
Hay diferentes formas de mirar un verso y una ciudad, pero sólo hay una forma de capturar su esencia: aguantando la mirada a la Belleza. Y eso es lo que hace Rafael, nos obliga a tener los ojos bien abiertos, consigue que no bajemos la cabeza y que no se nos pudra la mirada con la no contemplación. Nuestros ojos (que son sus ojos) limpios por el sórdido deslumbre de sus imágenes, desentrañan la mirada del poeta “tricéfalo”. Asistimos a un maravilloso ejercicio de nostalgia y vanguardia donde se reivindican las noches interminables como espacio creador. Sus instantáneas fijan elementos en un contexto hostil, obturan la vida y la muerte, la luz y la sombra. Ya no volveremos a mirar igual. Rafael enfoca y dispara, el resto es belleza, demasiada belleza…
Roberto R. Antúnez, poeta